jueves, 30 de julio de 2009

Siempre he querido matar - Ella

"Corro como loca. Y es que, güey... ¡cómo me puede pasar ésto a mí!"

"¡No, no, no! ¡Algo está mal con esos dos! ¡En serio me quieren matar!"
"¡Y justo ayer perdí mi celular, no mames! ¡Me van a matar!"

"¡Allí está, güey! ¡Allí está!"
Me alejo, corriendo lo más rápido que puedo. ¡Ah, me caga! Tiro mis zapatillas, sólo me estorban, y ésto va en serio. Nunca pensé que esos dos... que esos dos fueran a hacer algo así, no mames.
Pero me van pisando los talones. De hecho, ellos ni siquiera corren, yo soy la que corre y jadea, yo soy la que está en peligro; me están cazando, se siente como si me estuvieran cazando... porque lo están, ¿no?

Corro hacia la parte boscosa. Es un alivio que aún haya áreas verdes con muchos árboles por aquí.
Sí, sí, seguro que no me encuentran. Voy corriendo hecha la madre. Escucho sus gritos, "¡güey! ¡va por allá, hay que agarrarla!", "¡sí, güey! ¡jajajah!".
Son unos cínicos. Siempre lo han sido, y tan bien que se veían. Porque digo, incluso... güey, me he besado con ese tipo, ¡no mames! ¿Y ahora me va a matar?

Encuentro un lugar para esconderme, están lo suficientemente lejos, no me van a encontrar, me voy a esconder bien.
Sólo los oigo algo lejos, es seguro que ya no me encuentran, sí, sí... pero...

Oigo sus voces, ellos no se marchan, y... sí, creo que ya se alejan, ya se van. No los oigo.

Llevo un rato escondida, y creo que ya no están, es seguro.
Y güey, si tuviera mi celular, si no hubiera salido hoy, no mames... ¡no hubiera salido hoy, qué le hago caso a mis amigos, si de por sí no iba a hacer nada esta noche!
Pero ya, cálmate, todo va a pasar, ya, estás viva...

Me levanto, me sacudo las hojas, y camino lentamente entre la zona boscosa hasta la carretera, sí, sí, nada pasa...

¡Pero güey! ¡Son ellos, ya vienen, corren!
Yo también corro, me adentro... y tropiezo. ¡Puta madre! ¡Puta madre! ¡Ya, hasta aquí, no!

Se acercan y me patean, me golpean y manosean. Él toma un trapo y e intenta que yo lo huela... ¡no, güey, no!
Grito, pataleo y lo aparto de mí, lucho por mi vida, pero el otro me toma de las manos y...

Estoy dormida.

martes, 28 de julio de 2009

Sueños cumplidos

Pasamos el tiempo buscando algo que ya perdimos.

Las ganas de ver realizado un sueño que ya cumplimos, pero nos vimos obligados a perder debido a la arrogancia personal y al tedio social. ¿Recuerdas, recuerdas, aquella vez en la que te dije que podría morir ya mismo?

No, no lo haces.

¿Recuerdas, recuerdas, cuando casi te conviertes en mi alimento, cuando por poco el canibalismo se vio materializado? No lo haces, nadie lo hace, ni siquiera yo.

Todo lo que queda son recuerdos confusos, promesas rotas y la insatisfacción, porque una vez cumplidos los sueños, se convierten en vanalidades; nada del otro mundo, siempre podemos ir por más, siempre podemos disfrutar de otra aventura, o de seguir matando, o de seguir gozando.

Dos disparos al aire, uno por la arrogancia, otro por ver quién muere primero...

lunes, 20 de julio de 2009

Sólo una vez más

¿Y si sólo, por algunos momentos, pudieras romper la realidad?
Especulaciones y teorías rondaban su cabeza. Tantos libros le consumían, y comenzaba a volverse loco; dicen que Nietzsche se sumió tanto en su pensamiento y la valoración de la realidad, que enloqueció sin remedio.
Y ahora él sólo pensaba en romper la realidad, preguntándose qué habría allí.

"Las meras especulaciones no me van a dar el contexto... y debe ser llevado a cabo..."

Durante los años de sanidad física que parecían quedarles, intentó retar cualquier concepto, por abstracto que fuera.
¿Es que acaso no encontraría un "error en el programa"? ¿La Naturaleza funcionaba tan perfectamente? ¿Cómo hacer que la realidad trascienda a otros límites?

Mil días después, con múltiples heridas en su espalda, y los brazos usados como afilador hasta los huesos, se miró al espejo.
Su cabello, añoro rubio, era opaco y canoso, e inclusive inexistente en algunas partes del cuero cabelludo (tal vez veneno, quemaduras de cigarro... habían pasado muchas cosas por su cabeza).
Sus brazos estaban demacrados, con cortaduras profundas que llegaban hasta los mismos huesos. Múltiples infecciones y costras horripilantes.
Su cuerpo se encontraba con miles de heridas, imposibles contar o siquiera recordar.
¿No es que ya se había vuelto él mismo una obra deforme y desafiante de la realidad?
De repente todo se desvaneció.

domingo, 19 de julio de 2009

Buscando

¿Sabes?

Cada vez que escribo, pienso en tu aprobación. Cada vez que hago un dibujo, pienso que algún día lo verás. Cada vez que toco un acorde, espero que tú lo oigas.

Y es que son cosas tan fáciles como difíciles de explicar. Es como pedirme consejo a mí mismo; eres una contraparte que piensa en la misma forma crítica que yo, pero imparcial: puedes criticar objetivamente mi trabajo.

Pero por el otro lado, es esperar el cariño de tus palabras, un simple "te quedó muy bien" me puede llenar de alegría. Tu sonrisa es mi éxito, y me siento lleno cuando te hago sonreír. Esperamos, esperamos, esperamos.

Y es que mi mirada aún busca ver inocencia, esa que se perdió por el maltrato de la vida, o el mirar a lugares donde no debía. Busco alguien que me demuestre el cariño que por años me he negado recibir, buscando si en ti lo encuentro.

Al final, ni siquiera verás. Al final, pasaré como si nada.

Mis horas, mis recuerdos, son segundos, son "¿eso en verdad pasó?" para ti.

Pero ahí seguiré.

sábado, 18 de julio de 2009

¿Así que ya no puedes sentir?

Con el infortunio de que, ahora, ella no sabía absolutamente nada.
Cada pregunta, cada golpe, sólo resolvía en un balbuceo inentendible y una mirada vaga. ¿Qué no iban a salir de ésto juntos?
Sólo una vez más, sólo una vez más...

Desde ese entonces, cada plática se volvía un cúmulo de reflexiones.
Una mente débil, y miles de formas de no captar el mensaje, acompañada de momentos de depresión, y la falsa creencia de que, presionando su bolsillo un poco, iba a salir de ésto...
Pastilla, pastilla... pastilla, pastilla.
Y luego a fumar, y luego a mezclar.
Pastilla, pastilla... sábana, sábana.
Y luego, la verdad es que nunca sabía qué hacía después. Despertaba en lugares en los que él nunca recordó haber estado, y encontrar el camino a casa se volvía toda una odisea. ¿Es que es tan usual perderse en una ciudad tan pequeña?

¡Nunca, nunca, nunca! Y se repetía.
Caminó un poco, pensativo, con los ojos rojos y aún bajo los efectos de sólo-Dios-sabrá-qué-tanto-tenía-ese-polvo de ayer. Al cabo de un rato, llegó con sus viejos amigos, los de fiar.
Sacó una sábana de su cartera y se dispuso a hacer un joint con lo que había en la mesa.

"Oh, al parecer alguien trajo una pequeña nueva especie", se dijo.

Terminada la operación, caminó hacia la sala y le quitó el control del videojuego a uno de sus amigos, para batirse a duelo con los otros...

"Gané, como siempre, ¡coñooo!".

Algunos rounds y tres joints después, sólo se discutía en esa casa acerca de temas incoherentes, o de anécdotas inventadas.
Sabía que era hora de regresar a casa, y tener que lidiar con la soledad una vez más... ¿por qué un círculo tan repetitivo?

"Mañana, ¿qué día es?", le preguntó a los demás.

Se volteó, y sólo vio varios rostros demacrados, con ojos tan rojos y desorientados como los suyos.

"Mañana... güey... güey, ¿mañana qué día es?".

jueves, 16 de julio de 2009

La manera en que me miras

¿Y tú? ¿Así de ingenua? ¿Aún después de todo, crees que nos han contado la verdad? ¿Aún después de lo que pasamos, de que hemos volado tanto? No, señorita, usted está en un error.

Recuerdo que me aproximé a ella, justo como todos los días, pedí que me asignara una mesa y me trajera el típico desayuno americano con pan tostado. ¿Cuánto llevo en la rutina?, ya irá para varios años, supongo, y yo sigo pidiéndole a la misma mesera el mismo desayuno todos los días, a veces cambio el jugo y me atrevo a pedir un café, pero básicamente es la misma mierda siempre.

En unos minutos ella llega con mi desayuno, normalmente con la misma mirada de camarera atrapada e ignorante; pero hoy no es así, y la veo lagrimear. ¿Por qué? ¿Y a quién le importa? Empiezo comer y sigo con mi día.

Camino y lo relaciono todo con melodías o pequeños riffs ya existentes o que quieren salir de mi cabeza; veo a la misma gente vacía en los mismos lugares de siempre... ¿Y luego? ¿No juré que los liberaría a todos, que la mentira no volvería nunca más? Patrañas, pensamientos de un típico adolescente que quiere cambiar el mundo; en el fondo siempre supe que mi condición estaba predestinada, que era (y soy) sólo otro patrón en el sistema y no un elegido o el que iba a salvar a todos; no soy Neo y ésto no es Matrix.

Vuelvo a la realidad. Sin notarlo siquiera, ya estoy detrás del mostrador, poniendo el viejo hard rock que tanto me gusta, y esperando los orgasmos auditivos de algún solo de Jimmy Page. Mi vieja música no atrae a nadie y me veo obligado a poner discos del nuevo pop. Surte efecto, y a los cinco minutos está plagado de adolescentes preguntando por el pseudo-artista del momento.
Al menos tengo un negocio que me da buen dinero, y eso es lo que importa, ¿o no? ¿Cuándo dejé de luchar? ¿Por qué, si antes juraba que nunca iba conformarme, ahora estoy así? Era y soy un estúpido; gracias.

Ya se está metiendo el sol y hace como media hora que nadie viene, así que apago todo, aseguro las entradas y vuelvo a mi hogar.

¿Qué año es? ¿Quién soy? ¿En dónde estoy? Jajajaja, estoy borracho. Al menos sé que no es 1980 y no soy Bonzo. Hoy recuerdo que...

lunes, 13 de julio de 2009

¿Dónde estoy?

Hello... is anybody there?